NOVIEMBRE MUSEO DEL PRADO LA PINTURA DE MARIANO FORTUNY Y RAIMUNDO DE MADRAZO

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Raimundo de Madrazo desarrolló su trabajo como pintor, comenzando su formación en 1854 en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Algunos de sus primeros trabajos le fueron proporcionados por su padre, con quien colaboró y continuó aprendiendo. En 1862 viajó a París, donde desarrolló su carrera artística, en la que consiguió, sobre todo como retratista, un amplio reconocimiento internacional. Federico de Madrazo mostró una especial predilección por su hijo Raimundo. El intercambio constante de correspondencia entre ambos permite comprobar cómo su padre se convirtió en confidente y guía para asuntos personales y de trabajo. Mariano de fortuny quedó huérfano a los seis años de edad, y fue criado por su abuelo; él fue su tutor y su mejor valedor en sus primeros años y en su edad temprana, favoreciendo su formación artística con el pintor reusense Domènec Soberano. En 1852 entró a trabajar en el taller del escultor Domènec Talarn, quien, satisfecho con los avances de su joven alumno, le gestionó una pequeña pensión de la Obra Pía y la matrícula gratuita en la Escuela de Bellas Artes de la Lonja, donde recibirá por primera vez formación oficial. Sus maestros en la Escuela serán Pablo Milà y Fontanals, Luis Rigalt y Claudio Lorenzale, algunos muy influidos por el llamado «purismo nazareno».

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